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Geología
En sus orígenes Izki fue agua. Hace entre 40 y 100 millones de años esta zona estaba cubierta por un mar somero. Así lo atestigua la presencia de fósiles de bivalvos, corales, algas y otros seres vivos marinos, en las rocas del Parque Natural de Izki. También se han encontrado restos fosilizados de grandes vertebrados, como huevos de dinosaurios. Posteriormente, diferentes fuerzas geológicas plegaron y elevaron los materiales depositados en el fondo marino. Las areniscas y calizas así formadas, y tras miles de años de erosión, dieron lugar a un amplio valle circundado por abruptas montañas, que es el relieve actual. Entre los distintos puntos de interés geológico de Izki –barranco del Molino, laguna de Vírgala Menor...–, destacan las minas de asfaltos naturales de Atauri y Maestu.
RELIEVE EN CUESTA DE LAS MUELAS DE CAMPEZO
Las muelas de Campezo son dos claros ejemplos de relieves estructurales en cuesta formados por La Muela y La Peña del Santo. Desde el punto de vista geológico el paquete duro suprayacente está formado por las calizas del Paleoceno, que se sitúan sobre las margas del Cretácico superior provocando una erosión diferencial de las dos unidades que genera el aspecto actual y el relieve en cuesta. La estructura forma un sinclinal muy abierto con un eje ligeramente inclinado hacia el N, de manera que ambos paquetes tienen buzamientos suaves hacia el NO y NE. El eje del pliegue está afectado por una falla norteada que individualiza los dos flancos y crea los dos relieves independientes.
Esta estructura tiene continuidad hacia el norte con el alto de Soila, en cuya cumbre aparecen ya materiales más arenosos del Eoceno.

ASFALTOS DE MAEZTU
Se trata de la mayor concentración de asfalto de CAPV y su explotación dio lugar a la primera fábrica de asfaltos de España en 1857.
Como ocurre en otros diapiros de la CAPV, los materiales encajantes del diapiro suelen contener asfalto, que se infiltra en los poros y en las fracturas de la roca, relacionada muchas veces con la deformación asociada al ascenso halocinético del propio diapiro. La roca se encuentra totalmente teñida de negro, desprende un olor a asfalto característico y mancha en la mano. En la mayoría de los casos estas acumulaciones no presentan interés económico, sin embargo, en el caso del diapiro de Maeztu la impregnación afectó a un gran volumen de calcarenitas del Campaniense, hasta el punto de dar lugar a una importante explotación que se inició en 1856 y continúa todavía en nuestros días.
La distribución del asfalto en los bordes del diapiro es irregular, ya que se concentra en borde S y E. Por el contrario en el límite N y O no hay acumulación de este material a pesar de que existen materiales suficientemente porosos para albergar una buena impregnación de asfalto.
La explotación comenzó en el año 1857 a cielo abierto a la zona de Korres con la mina de San Idelfonso, actualmente abandonada. Posteriormente se abrieron más minas, entre las que hay que destacar la situada en la Peña del Fraile, que todavía permanece en funcionamiento. La explotación comenzó inicialmente de forma subterránea, mediante cámaras y pilares, pero en los últimos años se viene realizando a cielo descubierto. El material bruto tiene un contenido en asfalto de 9-15% y se destina a la fabricación de panes y losetas para pavimentación.
